Maldita adolescencia

Se acabaron las vacaciones. El verano se va alejando. Y tantas cosas quedaron por hacer… Ha sido agradable salir juntos unos días por el norte, a nuestro aire. Nos ha encantado Pamplona, La Guardia, y el increíble Pirineo Aragonés. Añoraba el olor de la montaña. Y qué buen comer!

G está adolescente. Ya no se deja ayudar, ni abrazar. Él ya todo lo sabe, y nosotros… ya no sabemos nada. Otros padres me dicen… “tranquila, que luego vuelven…” En fin, no hay más remedio que acostumbrarse a una nueva etapa. Todos vamos aprendiendo a desempeñar nuevos roles. Los hijos se hacen mayores. Hay que dejarlos aprender, equivocarse, vivir… Y estar ahí, siempre cerca. Supongo que, necesariamente, la naturaleza te convierte en un borde a la hora de crecer. De lo contrario, no lo haríamos nunca. Es así, tomando distancia, como vas descubriendo tu propio camino.

Autora: annacarrera.com

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