2003
Firenze, cuna del arte y del verdadero florecimiento, tal y como vaticinaron los romanos. Uno se estremece con sólo pisar su suelo, e intuye que nunca concluye, que siempre ofrece más y más esplendor. Tan esplendorosa como calurosa, y aún más, en el bus del aeropuerto. Estos diez quilómetros se han hecho sudorosamente interminables.
¡Qué ganas de llegar! ¿Cómo
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